Cenizo es mi gato. Tiene el corazón hecho de cenizas. Por las noches, una llamita le da vida y, cuando el pecho le arde, sale a vagar por los techos. A la mañana siguiente, el corazón vuelve a apagarse en un profundo sueño.
En mi cuarto duermen algunos de los dibujos que hago durante el día. Mamá con sus enormes pechos, papá a su lado. Yo arriba en una casa grande iluminada con un sol inmenso.